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Son muchas las razones por las cuales la Marcha de Mujeres al Pentágono es un asunto de mujeres. No solo constituye un precedente histórico de una marcha contra la guerra dirigida por mujeres, sino que la marcha involucra a todo tipo de mujeres: de países que han sido tanto víctimas como agresores; de generaciones pasadas o actuales; de mujeres que se ven afectadas negativamente por la guerra a una tasa mayor que los hombres. Estas afirmaciones están respaldadas por estadísticas, aunque estas mismas estadísticas y realidades de guerra a menudo se ocultan bajo la alfombra o se justifican como daños colaterales necesarios. Es hora de reconocer a todas las víctimas de la guerra y de terminar con su impacto sobre las mujeres.

En el 2004, Sueños Comunes informó que "las mujeres y los niños representan casi el 80% de las víctimas de los conflictos y la guerra, así como el 80% de los 40 millones de personas desplazadas fuera de sus hogares". Pero el daño hecho a las mujeres debido conflictos no se detiene allí. Por generaciones las mujeres han sido intercambiadas como bienes, sus cuerpos tratados como botín u objetos que se pueden apropiar libremente, no solo durante el combate sino también en las bases militares o en sus proximidades.

Irene Khan, de Amnistía Internacional, afirma que "las mujeres y las niñas no sólo son asesinadas, ellas son también violadas, atacadas sexualmente, mutiladas y humilladas. La costumbre, la cultura y la religión han creado la imagen de las mujeres como portadoras del "honor "de sus comunidades. La humillación de la sexualidad de la mujer y la destrucción de su integridad física se han convertido en medios para aterrorizar, degradar y "derrotar" a comunidades enteras, así como para castigar, intimidar y humillar a las propias mujeres".

La violencia sexual se usa como herramienta de guerra para aterrorizar. Por generaciones, las mujeres han sido violadas y deshumanizadas dondequiera la máquina de guerra haya asomado su cabeza repugnante. Muchas de estas mujeres se han encontrado infectadas por enfermedades de transmisión sexual y/o embarazadas, sin que los abusadores hayan pensado ni por un momento en las consecuencias de sus actos.

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The reasons that the Women's March on the Pentagon is a women's march are many. Not only is there a historical precedent for a women-led antiwar march, women from all walks of life, from countries that have both been victims of and aggressors in conflict, from past generations or those living today, are adversely affected by war at far a greater rate than men. These claims are supported by statistics though those same statistics and realities of war are often swept under the rug or excused as necessary collateral damage. It is time for all victims of war to be acknowledged and for the victimization of women to end.

In 2004, Common Dreams reported that "women and children account for almost 80% of the casualties of conflict and war as well as 80% of the 40 million people in world who are now refugees from their homes." But the harm done to women due to conflict does not simply stop there. For generations, women have been traded as goods, their bodies treated as commodities or objects free for the taking, not only during actual combat but simply when they are at or in the vicinity of a military base.

Irene Khan of Amnesty International states that "women and girls are not just killed, they are raped, sexually attacked, mutilated and humiliated. Custom, culture and religion have built an image of women as bearing the 'honour' of their communities. Disparaging a woman's sexuality and destroying her physical integrity have become a means by which to terrorize, demean and 'defeat' entire communities, as well as to punish, intimidate and humiliate women."